Si quieres crear una marca, no empieces por el logo
Dirigido a: Emprendedores y PYMES.
Es muy común confundir la marca con el logo, aunque es una suposición que tiene cierta lógica, en realidad hay una amplia diferencia entre ambos conceptos.
De hecho, la principal diferencia radica en sus metodologías de creación. En este artículo hablaremos de sus diferencias y explicaremos a grandes rasgos de qué se trata cada uno.
La construcción de marca o Branding es un proceso que toca aspectos profundos al interior de la compañía: la estrategia, el modelo de negocio, la oferta de valor, el usuario, la comunicación y el propósito. Mientras que diseñar el logo y el despliegue gráfico para un producto o servicio, (es decir: empaques, etiquetas, stationary, etc.) es tan solo una parte de dicho proceso.
Podemos concluir que ambos conceptos tienen una estrecha relación entre sí, pero no son equivalentes.
Lo que debes tener claro es que la marca no es el logo pero el logo hace parte de ella.
Si no es el logo, ¿entonces qué es?
El término “marca” se refiere a aquello que las personas reconocemos o recordamos de un producto o servicio, incluso de una persona, un país o una ciudad.
La marca es intangible, por eso cuando viene a la mente, lo que pensamos sobre ella o recordamos es una totalidad, es la experiencia de uso del producto, la atención que recibimos, las cualidades y características de dicho producto, o los aspectos positivos o negativos de un servicio recibido.
Por lo tanto, cuando se quiere crear una marca, el punto de partida es realizar un proceso de Branding el cual consiste en conectar la estrategia del negocio, el usuario y la comunicación. En este último punto es donde aparece el logo, por eso decimos que están relacionados.
¿Qué es el logo?
Es un elemento identificador y se convierte en el signo distintivo de los productos o servicios que adquirimos. Su creación busca como objetivo identificar antes de comunicar, por esta razón, cuando una marca está posicionada la reconocemos por su logo.
Por ejemplo: cuando vemos el logosímbolo de Nike, identificamos la marca, y en ese momento, recordamos la experiencia que hemos tenido con ella. Esto sucede porque ya la conocimos en su contexto y hemos visto su oferta de productos en diferentes canales. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a un logotipo o logosímbolo desconocido, no vamos a saber de qué se trata, ni vamos a entender su oferta a menos que tengamos un contacto en su contexto. Por eso el logo no es la marca en sí, sino que es un elemento que la identifica y forma parte de ella.
En conclusión…
Las personas nunca interactuamos con logos de manera individual, es decir, no vemos logos en un espacio en blanco sin ninguna referencia o contexto. Cuando tenemos contacto con la marca lo hacemos siempre en su contexto: a través de experiencias en locales comerciales, digitales, anuncios o videos.
Estas diferencias son clave en el momento de crear una marca porque cuando se realiza un proceso de Branding juicioso y adecuado, se logran resultados contundentes.
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